9/01/2009

Open Minds en Argentina

A continuación, reproducimos un artículo de Federico Fernández Reigosa, refiriéndose al proyecto internacional Open Minds, patrocinado por la Unión Europea, cuya segunda fase, en Argentina, será coordinada por Agenda 21. El mismo, ha sido publicado en la página web de la organización Jóvenes Gallegos - Identidade Arxentina.


Agenda 21: uniendo juventudes
de tres continentes

Por Federico Fernández Reigosa

Agenda 21 es el resultado de la unión de un grupo de jóvenes que se han unido en Rosario con el fin de trabajar en pos de la promoción de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Como parte de la iniciativa, quienes conformamos Agenda XXI nos sentamos a dialogar sobre la necesidad de dar sustento a nuestras inquietudes a través de un proyecto que nos vinculara con organizaciones semejantes, con las cuales poder compartir experiencias y generar sinergias. Corría el año 2008 y a través de un creciente contacto con al Plataforma de Animadores Socioeducativos e Culturais (PASEC) de Portugal, decidimos trabajar en la elaboración de un proyecto a ser presentado ante la Unión Europea, por PASEC. El Consello de Xuventude de Galicia (España) y el Centro de Juventude de Sao Vicente (Cabo Verde) se convertirían en las otras dos organizaciones miembros de la red.

Un denominador común de las organizaciones integrantes de la red es el trabajo solidario con jóvenes. En nuestro caso, desde Agenda XXI, pronto decidimos basar nuestra labor al interior de la red en dos ejes: Derecho Laboral y Participación Ciudadana. El otorgamiento de becas para presentar una experiencia de organización sindical de un
call center en Rosario por parte de Oxfam (en Australia, primero) y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (en Costa Rica, luego) nos motivó a elegir el primer eje. El haber transitado las aulas de Ciencia Política nos llevó a varios de los miembros también a volcar nuestra atención en el segundo eje.

Open Minds Project se convirtió – tan pronto haber sido avalado por la Unión Europea – en el hermanamiento de cuatro organizaciones similares. En junio de este año, la primer instancia de articulación de la red tuvo lugar en las islas africanas de Cabo Verde, donde Agenda XXI envió sus representantes a compartir nuestra experiencia de transferencia de conocimientos hacia nuestros pares, en los ejes mencionados.

Durante octubre, la segunda instancia tendrá lugar en Argentina, donde recibiremos en Rosario y Mar del Plata a los representantes europeos y africanos de la red. Actualmente estamos gestionando el aval de distintas instituciones gubernamentales, dada la relevancia del evento, por su dimensión intercultural, el patrocinio de la Unión Europea y la proyección de los jóvenes líderes involucrados.

Marzo de 2010 será la etapa final del proyecto, sin duda un broche de oro para una labor tan compleja como enriquecedora. En esa fecha participaremos en España - más precisamente en Galicia - y en Portugal del cierre de las actividades de Open Minds. Como su nombre lo indica, será el momento en que habremos de mirar retrospectivamente y ver cuánto se han abierto nuestras mentes a nuevos horizontes en un trabajo cooperativo y mancomunado…

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Agenda 21 en los medios

Reproducimos un artículo de un integrante de Agenda XXI, publicado en la página web Portal Cero.

Inseguridad: Soluciones mágicas
y soluciones reales
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Por Tomás Petraglia

Si preguntáramos a los argentinos, y especialmente a los que viven en las grandes ciudades y sus alrededores, cual es su principal preocupación, nos encontraríamos con que, seguramente, la inseguridad sería la clara ganadora de esta encuesta. Basta con encender el televisor, leer el diario o escuchar la radio para darse cuenta de que un amplio porcentaje de las noticias refieren directamente a esto que llaman inseguridad, pero más precisamente a la comisión de un cierto tipo de delitos, tales como el robo y homicidios.

Se ha instalado en la sociedad el debate en torno a cómo combatir este flagelo que tanto preocupa, y tanto disminuye nuestra calidad de vida. Como sucedió muchas veces a lo largo de la historia (tanto de nuestro país como del mundo), se redunda en un debate circunscripto al ámbito del derecho penal, se discute si es necesario que haya más delitos tipificados, si es necesario que las penas sean mayores, si “los derechos humanos deben ser para las victimas o para los delincuentes”… en fin, todo lo que a diario escuchamos y leemos en los medios de comunicación.

El objetivo que aquí persigo no es defender a los delincuentes o propiciar que sean sancionados con penas leves, tampoco es propiciar que se amplíe el poder punitivo del Estado. En realidad lo que busco es algo totalmente distinto, un aporte a este debate, tratar de pensar y hacer pensar para entender este problema que titulamos “la inseguridad” y por lo tanto poder actuar en consecuencia. Para decirlo de un modo más llano: quiero que reflexionemos y nos hagamos preguntas para que cuando recibamos todas las opiniones que los medios nos acercan no comamos vidrio.

En primer lugar, es necesario aclarar que la inseguridad no es la primer causa de muerte, tampoco es la segunda, ni la tercera… no se si será la cuarta, pero estimo que tampoco. Es más probable que encontremos la muerte o graves lesiones físicas circulando por las angostas rutas nacionales y provinciales que caminando de noche por la calle. Sin embargo, lo que más nos preocupa es la inseguridad: no estamos tranquilos cuando salimos a de nuestras casas, y en realidad tampoco cuando estamos en nuestras casas. Los medios de comunicación nos muestran todos los días las cosas que pasan, y si bien la inseguridad ha crecido notablemente en los últimos años, también los medios magnifican este hecho. Dedican mucho tiempo a anunciar y detallar cada hecho delictivo y poco a hablar de cuáles son las soluciones.

De esta manera la inseguridad nos impacta, nos paraliza y nos hace clientes, víctimas o votantes de otras personas. ¿Quiénes? Aquellos a los que le sirve la inseguridad, aquellos que sacan un provecho de ella. Por ejemplo:

► Ciertos políticos, que basan sus campañas electorales en el repudio a la inseguridad sin plantear en realidad ninguna solución de fondo. Nos hablan de eso que nos preocupa profundamente, y muchas veces los terminamos votando sin saber claramente cómo piensan darnos más seguridad, ya que sus publicidades dicen frases como “estoy en contra de la delincuencia” (¡¿y quién no?!).

► La industria de la inseguridad: alarmas, seguridad privada, etc. Una corporación que vive y lucra gracias a nuestro miedo.

Ahora bien, en segundo lugar, cómo solucionamos este problema. Uno de los razonamientos más comunes es el que yo llamo de “guerra contra la inseguridad”, ya que se plantea de la siguiente manera:

1) Existe cierta cantidad de delincuentes que combaten contra cierta cantidad de policía.
2) Yo quiero que gane la policía.
3) Recluto más policía.

Vale decir que este fue y es el razonamiento de los gobiernos de muchas provincias. La necesidad de reclutar urgentemente más policías hace que esta exigencia cuantitativa resulte en una menor exigencia cualitativa, tenemos cada vez más policías con menor preparación (curso de 9 meses en la provincia de Buenos Aires), menos equipamiento, etc.

Otra puede ser aumentar las penas, que implicaría el siguiente razonamiento:

1) El delincuente delinque porque las penas son leves, cuenta con numerosas garantías para el respeto de sus derechos humanos y en las cárceles se entra por una puerta y se sale por la otra...
2) Por lo tanto si elimino las garantías a los derechos humanos, elevo las penas y restrinjo el régimen de salida de las cárceles, el delincuente va a dejar de delinquir y va a ir a trabajar.
Esta segunda solución plantea ciertas conclusiones de validez dudosa, a saber:

1) Con la llamada “ley Blumberg” se modificó el Código Penal y se aumentaron notablemente las penas. Por ejemplo: el máximo para penas de reclusión o prisión por varios delitos se aumentó de 25 a 50 años. Por lo tanto, si adherimos a esta teoría tenemos que decir que la inseguridad ha disminuido, y vivimos mucho mejor que en el 2002. La validez de esta conclusión la dejo a criterio del lector.

2) Por otro lado es de público conocimiento que las cárceles están superpobladas, y si adherimos a esta teoría tenemos que decir que “los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra”. La pregunta obligada es: ¿quiénes son todos los que están adentro?

Considero que estas teorías son descartables principalmente porque atacan los efectos de la inseguridad y no las causas. El delincuente no se ve intimidado por la posibilidad de una pena mayor, de hecho si delinque es porque cree que no va a ir preso, y el hecho de que aumente la cantidad de policías no garantiza que el delincuente vaya a tener la certeza de ser sancionado, ya que esta policía tiene cada vez menos formación, menos equipos y menos control.

Hay que apostar a soluciones de fondo que ataquen las causas de la inseguridad, atacar las desigualdades, fomentar la educación y la integración de todos los sectores de la sociedad. Debe terminarse, también, con las complicidades políticas y policiales con la delincuencia y con el narcotráfico en particular, ya que la marginalidad, la exclusión y la drogadicción son el caldo de cultivo de la inseguridad. Pero lo más importante es ser conciente de que estamos frente al producto de la inacción, o peor aún, la acción negativa del Estado que durante décadas permitió que esto se generara, y en consecuencia, también hay que tener la responsabilidad de no comprar soluciones mágicas que ya fracasaron en todo el mundo (incluido en nuestro país), y saber que los resultados de una política integral (que es la única efectiva) contra la inseguridad, sólo se apreciarán en el largo plazo.

* Miembro de la organización Agenda XXI.

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